Conmocionado después de ver cómo Bolt se comió con patatas el récord cósmico de Michael Johnson en los 200 e ilusionado tras comprobar que los chicos del baloncesto no se han olvidado de defender, aunque nos falte un punto en ataque (eso va por ti, ahoraestoy-ahorano Navarro), tengo que dejar aquí una queja sobre los Juegos Olímpicos.
Más allá de asuntos humanitarios para darse el pote (chavales, China lleva en Tíbet desde hace unos cincuenta años, ¿dónde estábais hasta ayer?) o de los evidentes ramalazos dictatoriales (esos estadios faraónicos que tapan la visión los barrios chungos o la coña de la inauguración para dar "mejor imagen ante el mundo"), hay cosas que no se pueden dejar en manos de aficionados. Hablo, en efecto, de la realización de televisión, que roza lo penoso en algunos puntos. Por ejemplo, en baloncesto no vemos el reloj de tiro hasta que faltan 5 o 6 segundos, y no rotulan el número de faltas del jugador que comete una, algo que ya se hacía en el Mundial de España allá por 1987, con aquella jirafa tan fea. O el gañán que se encarga del atletismo y se aburre cuando los atletas preparan los saltos y prefiere enseñarnos a chinos sonrientes con banderas y cámaras de vídeo, por aquello de la imagen externa, supongo. Claro, luego se olvida de señalar qué saltos son grabados, pero eso da igual.
Que sí, que es peor que maten a las niñas recién nacidas (¿o era a los niños?), pero hoy tengo el día egoísta y me apetece quejarme de lo que me toca más de cerca. Para el resto de temas ya tienen los demás blogs.
2 comentarios:
A mí, los que me ponen de los nervios son los periodistas de Televisión Española: los muy analfabetos dicen y repiten, por ejemplo, que tal o cual atleta ha logrado la "calificación" (?) para la semifinal (o para la final); confunden estos gañanes "calificación" con "clasificación" (que es lo que consigue un atleta cuando, haciendo una buena marca o entrando en un buen puesto, logra continuar en la competición para disputar la siguiente fase, ya sea la semifinal o la final).
Es más, los que narran la natación suelen decir, por ejemplo, que tal o cual nadador "ha calificado con 1:20:45" (y yo me pregunto qué es lo que han calificado).
Pero es que otro tonto del culo al que le debieron de advertir que un atleta no se califica (ni califica), sino que se clasifica, dijo, para contarnos que un atleta había sido expulsado de la competición por haber cometido una irregularidad, que ese atleta había sido "desclasificado" (con lo cual el periodista cerril convirtió al atleta en un documento de los servicios de inteligencia, porque el bobo ignoraba que los atletas no son desclasificados, sino descalificados, aunque, por el contrario, se clasifiquen para la final y no se califiquen para ésta).
Saludos.
Hipercorrecciones. Es como los que ya nunca usan la fórmula "de que" porque no saben cuándo está bien empleada y directamente prescinden de la preposición.
Por cierto, de pena la retransmisión de la final de baloncesto por parte de TVE, ahora escribo una entrada al respecto.
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