Grandioso fin de semana, plagado de nevadas, lluvias heladas y frío del que se mete por los huesos y no hay dios que lo saque de ahí hasta que llegas a casa y te metes debajo del edredón con una taza de café caliente al lado.
Por si no ha quedado claro, donde dice grandioso debería decir tedioso. Es más, desde que empezó diciembre tengo la sensación de que no he hecho otra cosa que ver cómo van pasando los días, todos igual de grises, todos igual de aburridos, sin una chispa que me haga saltar de la cama y salir a la calle sin importar el frío o la lluvia, con ganas de comerme el mundo.
Una de dos, o me estoy contagiando de la apatía y desgana generalizada del entorno, o es la gripe que llega fiel a su cita anual. Espero que sea lo segundo, que se cura mejor.
4 comentarios:
Te estás haciendo mayor.
Resulta gracioso que la gran noticia de los telediarios sea que en diciembre hace frío.
¡Vente a Alemania, Pepe! A las cuatro de la tarde ya es de noche. Aunque al menos el tiempo es mejor que ahí. Si es que el que no se consuela es porque no quiere... así que ya estás empezando a querer :-)
Saúl, no es cosa del tiempo, o no sólo de eso. Acepto, sí obstante, la invitación a tierras germanas, ya te avisaré cuando vaya controlando el idioma...
Impenitente, ¿a los 30 también hay crisis? Espero que no, porque no me llega para el Mercedes ni para la moto.
Voy a cumplir cuarenta y tres. ¿Tú crees que me acuerdo si hay crisis o no a los treinta? En realidad lo de las crisis por el cambio de década son lujos que sólo se pueden permitir los actores de Hollywood, concursantes del Gran Hermano y demás próceres de la humanidad.
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