Hace tiempo que dejé de ver series en televisión. No sólo porque la calidad de la mayoría de ellas deje bastante que desear, sobre todo porque parecen cortadas por el mismo patrón (médicos que se lían entre sí, abogados que se lían entre sí, policías que se lían entre sí...), sino porque no me apetece que la caja tonta marque mis horarios y me obligue a elegir entre ver el penúltimo episodio de Friends o irme de cañas (opción b, siempre).
Sin embargo, gracias a Internet he podido seguir alguna que otra serie que, al menos de partida, no tenían mala pinta. En concreto me enganché a tres: House, Perdidos y Prison Break. La primera creo que ya la comenté alguna vez y es la típica serie que sobrevive gracias a que el personaje central se sale de lo habitual, mitad Sherlock, mitad hijoputa. Además, de vez en cuando se le muere algún paciente y se le ha visto más veces relacionándose con prostitutas que con compañeras de trabajo. Lástima que se empiecen a ver típicos detalles que hacen presagiar desarrollos ya conocidos y que los capítulos sean un tanto repetitivos, pero se puede ver.
Perdidos empezó bien, aunque la segunda temporada no hay por donde cogerla. La tercera está mejor, pero da la impresión de que cuando no saben cómo seguir la trama, resuelven presentándonos un capítulo que narra la vida de uno de los personajes y así tienen otra semana más para pensar qué coño pasa en la isla. Dicen que tienen para siete u ocho temporadas, miedo me da.
Por último, Prison Break empezó de manera fulgurante para luego caer en picado. La historia trata de un tipo que se lo curra para entrar en la cárcel con la única intención de fugarse gracias a un plan controlado al milímetro. En principio era para once episodios pero como tenía tirón alargaron la primera temporada hasta veintidós. Ahí empezó a flaquear porque se nota que, a partir del undécimo capítulo, tuvieron que improvisar el desarrollo de la serie para llenar otros once a marchas forzadas. No contentos con haberse cargado una historia que prometía a base de "giros inesperados" (esto es, ideas absurdas que sólo cuelan cuando tienes una hora para terminar y cien folios en blanco), la remataron con una segunda temporada que no hay por dónde cogerla, por increíble y por mal contada. Encima el final anuncia una tercera entrega que puede llegar a ser delirante, con el protagonista preso en una cárcel panameña.
Total, que visto lo visto, he decidido que no estoy para series largas (aunque ahora he empezado a bajarme Dexter, que no tiene mala pinta). Puede estar bien una temporada o incluso dos, si el guión se queda por encima de las necesidades económicas de la productora, pero como lo que manda en estos casos es la pasta (y si no que se lo digan a los de Matrix o Piratas del Caribe) me temo que seguiré aplicando mi máxima de que en la tele lo único que merece la pena ver son las retransmisiones deportivas (si es posible, sin volumen y con Carrusel en la radio).
3 comentarios:
"Hace tiempo que dejé de ver series en televisión. No sólo porque la calidad de la mayoría de ellas deje bastante que desear, sobre todo porque parecen cortadas por el mismo patrón (médicos que se lían entre sí, abogados que se lían entre sí, policías que se lían entre sí...), sino porque no me apetece que la caja tonta marque mis horarios y me obligue a elegir entre ver el penúltimo episodio de Friends o irme de cañas (opción b, siempre)".
No puedo comentar nada a esto. Es impecable.
Te recomiendo que "encargues" la serie "Weeds". 1ª y 2ª temporada ya finalizadas, y ya están por la 3ª.
Yo tampoco soporto la tiranía que imponen con los horarios de las series en TV, lo mismo que ver una hora de anuncios con interrupciones para insertar entre estos una película.
Hola Pi. Ya tengo bajada la primera temporada de Weeds y he visto algún episodio, pero no me acaba de convencer. Sí obstante, le daré otra oportunidad.
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