José María Gutiérrez, "Guti", es la eterna promesa de la cantera madridista, lo cual no es precisamente para estar orgulloso cuando estás a punto de cumplir 30 años. Subió al primer equipo junto a Raúl de la mano de Jorge Valdano allá por 1996 y desde entonces no ha sido capaz de convertirse en un jugador indiscutible para ningún entrenador blanco.Ni jugando como mediocentro para hacer olvidar a Redondo, ni metiendo 14 goles como delantero (temporada 2000/01) ni ahora de nuevo con mando en el centro del campo. Guti siempre acaba desapareciendo por una u otra razón justo cuando parecía que por fin iba a explotar. La llegada de Capello al banquillo madridista pareció condenar definitivamente al jugador, que sin embargo ha sido capaz de hacerse un hueco en un centro del campo donde, por otro lado, nadie es capaz de poner el balón en condiciones a más de dos metros.
Pero la sombra de la apatía es alargada y el domingo Guti no brilló especialmente en el clásico ante el Barça. Cierto que fue él quien inició la jugada del segundo gol blanco y tuvo un par de buenas intervenciones más, pero se espera bastante más del encargado de mover al Real Madrid que un par de buenos pases, y más en el Bernabéu. Algunos dicen que no apareció porque estaba encargado de vigilar a Xavi, otros nos tememos que a Guti le va la marcha y sólo saca lo mejor de sí mismo cuando está en entredicho, durmiéndose en los laureles cuando por fin se gana la confianza del míster.
Lo peor para él es que la edad no perdona y cada vez tiene menos tiempo para demostrar que efectivamente es el sucesor del gran Redondo. Aunque sea con seis años de retraso.
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1 comentario:
Guti explotará cuando lo hagan Julián Gorospe y Javier Sánchez Vicario.
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