Leo en El País que el canal Boomerang va a editar algunos episodios de Tom y Jerry para eliminar las escenas donde los personajes aparecen fumando, no vaya a ser que a los niños les dé por imitarles. La idea no es nueva ni exclusiva de este canal de dibujos animados; sin ir más lejos, en la España de Franco se hacía lo mismo con las películas en cuanto se atisbaba un pecho o uno de esos besos con la boca cerrada que se daban en los 50.
Paralelismos con la censura de una dictadura aparte, no deja de ser demagógico que metan la tijera cuando aparezca un cigarrillo, que al fin y al cabo un niño no debería poder comprar, y dejen todas las demás escenas, donde se ve a un ratón y un gato zurrándose la badana hasta cansarse durante los 7 u 8 minutos que duran los cortos. Pero una vez más asistimos al triunfo de los ignorantes, que no comprenden que en la época en que se rodó Tom y Jerry el tabaco no era el demonio que es hoy y no tienen interés tampoco en explicárselo a sus hijos (al fin y al cabo, hay mucha gente que creció con estos dibujos y no fuma). Puta manía de resolver todos los problemas prohibiendo. Así nos va.
2 comentarios:
Tom y Jerry siempre fue una mierda. Y las de Hanna Barbera, también.
Tom y Jerry tienen gracia si no ves más de un corto a la semana/mes, en caso contrario aburren porque son calcos unos de otros -salvo cuando salen los gatos callejeros, que le dan cierta clase-.
En cualquier caso, muy por debajo de la Warner, sí.
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