Paralelismos con la censura de una dictadura aparte, no deja de ser demagógico que metan la tijera cuando aparezca un cigarrillo, que al fin y al cabo un niño no debería poder comprar, y dejen todas las demás escenas, donde se ve a un ratón y un gato zurrándose la badana hasta cansarse durante los 7 u 8 minutos que duran los cortos. Pero una vez más asistimos al triunfo de los ignorantes, que no comprenden que en la época en que se rodó Tom y Jerry el tabaco no era el demonio que es hoy y no tienen interés tampoco en explicárselo a sus hijos (al fin y al cabo, hay mucha gente que creció con estos dibujos y no fuma). Puta manía de resolver todos los problemas prohibiendo. Así nos va.

2 comentarios:
Tom y Jerry siempre fue una mierda. Y las de Hanna Barbera, también.
Tom y Jerry tienen gracia si no ves más de un corto a la semana/mes, en caso contrario aburren porque son calcos unos de otros -salvo cuando salen los gatos callejeros, que le dan cierta clase-.
En cualquier caso, muy por debajo de la Warner, sí.
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