Hay cosas que no me acabo de explicar. Resulta que la semana pasada se matan casi cien personas en la carretera y salvo los responsables de Tráfico, que se cansan de decir que esto es una barbaridad y que los coches de verdad no son como los videojuegos y Fernando Alonso sólo hay uno, aquí nadie se inmuta. Sale la noticia en los medios un par de días, se dicen las perogrulladas de costumbre y asunto olvidado. Cien familias destrozadas por salir de vacaciones y nadie dice esta boca es mía.
Sin embargo, a nuestros medios y a nuestros iletrados políticos (ya abundaré sobre esto) les parece más indignante que nuestros soldados entren en combate en una guerra, y no digamos ya si matan a uno. Se ve que se han tragado los anuncios de las Fuerzas Armadas, donde los nuestros van por el mundo repartiendo sonrisas y aspirinas y los muy idiotas no saben que una guerra es un sitio donde la gente va a matarse, a mala hostia y por la espalda si hace falta, y no vale decir "vengo en misión humanitaria, no dispares colega" porque no llegas ni a la coma.
Por otro lado, no deja de ser siniestro que en los mismos noticiarios que dan el parte de bajas tristemente habitual en vacaciones y puentes veamos, casi seguido, anuncios de coches donde destacan la potencia, la velocidad y la sensación de sentirte superior al resto del mundo si conduces un vehículo de la marca que toque. Eso sí, al contrario que en las cajetillas de tabaco o los anuncios de medicamentos, aquí no sale ninguna advertencia recordando que hay una velocidad máxima que no se debe superar bajo riesgo no ya de multa gorda, sino de convertirse en una pegatina en el asfalto.
Ahora, con la Navidad a la vuelta de la esquina, nos recordarán lo difíciles que son estos días para nuestros soldados, que en vez de estar en casa comiendo turrón están en la guerra (quién se lo iba a decir cuando se alistaron...) y nos bombardearán con anuncios de coches más rápidos y con los que dar más envidia al vecino mientras otras cien familias cambian el árbol y el belén por el cementerio. Este año y los que vienen.
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