13.10.08

Los cuentos del cine

Hablan hoy en El País sobre las medidas de seguridad en los cines para evitar que copias pirata de las películas lleguen a internet. Con ello, dicen, disminuirán las descargas y la gente volverá a llenar los cines como en los felices ochenta. Mamarrachadas.

Para empezar, ni ellos mismos se creen que las medidas de seguridad funcionen. De hecho, el presidente de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (aquí el que no trinca es porque no quiere) ve como un éxito que la última de Harry Potter tardara cuatro días en llegar a la Red en vez de las veinticuatro horas habituales. Oh, sí, seguro que hubo mucha gente que por no esperar dos días decidió ir al cine en vez de descargársela. Millones, o así.

Pero dejen que yo también les cuente una historia que probablemente les dé alguna pista de por qué no va ni dios al cine. El pasado jueves me fui con mi novia al cine a ver "Che, el argentino" (está bien, por cierto). Fuimos en jueves porque gracias a un convenio del ayuntamiento con los cines, la entrada para los menores de treinta años sólo costaba dos euros. Al llegar nos sorprendió ver que no había apenas nadie rondando por el cine, al contrario que otros jueves en los que sacar una entrada era una pequeña odisea. Cuando fuimos a pagar la entrada lo comprendimos: el convenio había finalizado y en vez de dos euros, la entrada costaba cinco euros con ochenta céntimos. O sea, casi el triple.

Y ahora, díganme. ¿La ausencia de público ese jueves estaba motivada por el repentino descubrimiento del eMule por parte de cientos de cinéfilos ponferradinos o porque el precio de la entrada ya no es atractivo para la gente? ¿Irá más público si, además de clavarle por entrar, les someten a un riguroso cacheo y les confiscan el teléfono móvil durante la proyección? ¿Es necesaria otra película española sobre la Guerra Civil?

1 comentario:

El Impenitente dijo...

¿Por qué se subvenciona al cine español? ¿Qué pocentaje de los 5,80 € fue directamente a la SGAE?