
El tiempo -y la manía de algunos entrenadores de inventar la pólvora cada fin de semana- ha terminado dando la razón a los segundos y Beckham se va a ir del Madrid por la puerta falsa: apartado de las convocatorias hasta final de temporada, cuando se irá a jugar a la liga de Estados Unidos, nuevo cementerio de elefantes tras México, Japón y Oriente Medio.
¿Qué impidió a uno de los mejores jugadores de la Premier triunfar en uno de los mejores equipos del mundo? Se me ocurren tres motivos. Primero, Beckham no es tan bueno como nos lo vendía el Madrid cuando llegó. Tiene una pierna derecha de oro, sí, pero poco más. Desde que llegó a España no le recuerdo un regate útil. Segundo, si a un jugador de banda que se caracteriza por ponerla donde quiere le pones a bregar en el centro del campo y no tienes a un delantero que remate sus centros (Morientes, por ejemplo), no esperes que sepa a qué juega, salvo cuando tira faltas. Y tercero, la llegada de Beckham coincidió con el apagón de Figo, Zidane y Raúl, es decir, el final del ciclo triunfal de los merengues y el comienzo del esperpento que es hoy el vestuario blanco.
Dicho esto, tampoco creo que Becks sea el principal culpable de la situación actual del Madrid, como aseguran algunos. Simplemente era un buen jugador con un aura infinita que llegó al lugar equivocado en el momento menos oportuno. Ahora se va, con la palabra fracaso rondando y con el aura reducida, a un equipo con un nombre que suena a puro marketing: Los Angeles Galaxy. Allí sí será un galáctico.
3 comentarios:
De acuerdo en lo de que solo era un buen jugador. La prensa lo hinchó tanto que los madridistas esperaban a Maradona y no.
Yo creo que Beckham nunca engaño a nadie. Otra cosa es que los madridistas se crean a pies juntillas lo que escriben el As y el Marca.
En efecto, Zar. Con todo lo que ha caído, Beckham ha sido el más humilde (futbolísticamente hablando) de su entorno.
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