
Joaquín aprovechó bien sus primeros años en la élite: su velocidad le sirvió para convencer al público bético de que él era su jugador estandarte y la ausencia de jugadores de banda en España le abrió las puertas de la selección, con la que ha jugado dos Mundiales (Corea-Japón 2002 y Alemania 2006) y una Eurocopa (Portugal 2004). Sin embargo, a medida que acumulaba galones se iba diluyendo su juego eléctrico y las actuaciones de Joaquín se iban resumiendo en "a veces se va de uno", no se sabe si por sus intentos frustrados de cambiar de club o porque simplemente no daba para más.
El deseado cambio de aires llegó por fin para el jugador este verano, cuando Don Manué lo vendió al Valencia por la friolera de 25 millones de euros en una operación que parece más brillante a medida que pasan las jornadas: Joaquín no es precisamente Figo -ni su suplente- y en el Betis sólo iba a crear problemas. Lo que no sé es quién fue la lumbrera valencianista que accedió a desembolsar semejante cantidad por este jugador.
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2 comentarios:
Ese es de mi ciudad, pero me da igual lo que le pase...
SAludos
No sé quien dijo una vez que Joaquín era más bonito que bueno. Y conforme pasan los días, ni siquiera bonito. Aunque sus ruedas de prensa suelen ser entretenidas. Pero, para eso, que el Valencia hubiese fichado a Chiquito de la Calzada.
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