En tardes como esta, en las que el calor casi me peta el ordenador y el asfalto se convierte en granizado de alquitrán, sólo nos queda cagarnos en los que piensan que hacer pisos más pequeños es la solución para la vivienda (digo yo que sería mejor acabar con la especulación y bajar el precio del metro cuadrado, claro que yo no soy economista); en los que proponen como alternativa a la escasez de petróleo usar menos el coche (que se lo digan a los que trabajan a 40 kilómetros de su casa o a los italianos denunciados por usar aceite de colza en motores diesel, contaminando y gastando menos); y, por supuesto, en el o los hijos de puta que hicieron esto hace unos días:
Juro que como les dé por edificar ahí, yo personalmente me encargaré de quemar esas casas.
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