Mirando al mar. Bueno, no, porque en Ponferrada de momento no tenemos de eso. Pero así estaría ahora mismo si El Bierzo tuviera costa. Entre viajes a Almería y Jaén (allí caímos, otro año en la liga El Pozo), bodas (propia y ajenas) y exámenes (estos todos míos) llevo dos meses que no me ha dado tiempo ni a sentarme.
Y ahora que la Deportiva está de vacaciones y la universidad queda aparcada hasta septiembre (espero que sólo para hacer la matrícula) me encuentro un sábado por la tarde en casa, sin nada que hacer más que escribir algo para el periódico y llamar a un par de amigos para reunirnos en torno a unas cervezas bien frías. Y es raro. Vuelven los domingos sin fútbol, las noches de terraza y las minifaldas. Ya debe ser verano, y yo con estos pelos (en las piernas).
3 comentarios:
Y los escotes, mon ami. Tremendos escotes, sí señor.
Este fin de semana estuve con un amigo que el viernes anterior estuvo en el Calderón viendo a tus amigos australianos. Qué pesado. Pero qué pesado. No va a bajar de la nube nunca.
No me extraña. Ya te dije que fueras a Barcelona a verles.
Por cierto, aprovecho para comunicarte que Sergio va a tirarse el verano en blanco por una operación de rodilla.
Pues que se recupere bien y piense que el año que viene hay Europeo y allí hay que ir a por medalla.
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