7.1.09

En blanco y negro

Ahora que George W. Bush va a abandonar la Casa Blanca, sería buen momento para desterrar algunos de los dogmas que el Imperio nos ha impuesto en los últimos ocho años. Por ejemplo, la teoría de "el que no está conmigo está en mi contra", que le sirvió tanto para invadir Irak como para recortar derechos a sus ciudadanos y, por extensión, a todo aquel que quisiera poner el pie en Estados Unidos.

Esta teoría ha calado tan hondo que los políticos locales la han hecho suya enseguida, como cuando Rajoy y Zapatero se enzarzaban en discusiones sobre ETA, e incluso la gente de la calle se ha contagiado de esta visión en blanco y negro del mundo, obviando la escala de grises y denostando el color. Por ejemplo, uno no puede decir que Israel se está pasando un huevo con los palestinos sin que le salten a la chepa con el terrorismo de Hamás, cuando lo normal sería pensar que si alguien está en contra de que bombardeen ciudades, tampoco le gustará que un tipo se inmole en un autobús lleno de gente.

Porque, según los mandamases judíos, lo de Gaza es la respuesta normal a los ataques terroristas de un grupo de palestinos. A mí, sin embargo, me parece que lo que están haciendo es lo mismo que si después de que ETA volara el aparcamiento de la T4, el ejército español hubiera bombardeado Bilbao y entrado a saco en San Sebastián, con la salvedad de que el País Vasco no está rodeado por un muro de hormigón. Sé que decir esto conlleva el riesgo de ser tachado de antisemita, proterrorista y, probablemente, de nazi (por aquello de la Ley de Godwin), pero a estas alturas tampoco me importa mucho.

2 comentarios:

El Impenitente dijo...

Si te metes con un maricón eres homófobo. Si te metes con los israelíes eres antisemita. Si criticas al gobierno catalán eres anticatalán. El victimismo de las presuntas minorías y el filón que tienen con él, pues no deja de ser una patente de corso, es un tema que me pone de una mala leche enorme.

Álex dijo...

Y te olvidas de las miembras de los movimientos y movimientas feministas y feministos y la legión de imbéciles e imbécilas que llevan detrás.