Desde el accidente de Barajas, es rara la semana en la que los pasajeros de un avión no montan un pollo cuando escuchan un ruidito que no les gusta una vez a bordo. La última, que yo sepa, fue en Bilbao hace un par de días. Tampoco es raro encontrar foros y blogs de internet en los que "ingenieros aeronáuticos" (que suman alrededor de cuatro horas de vuelo) despotrican contra las compañías aéreas con argumentos tales como "la moqueta estaba echa polvo, imagínate el resto". El premio gordo se lo llevan los que dicen que prefieren coger el coche, porque conducen ellos y van más seguros, los imbéciles.
No me interpreten mal. Entiendo a la gente a la que le da cosa subirse a un avión, como entiendo a los que no les gustan las montañas rusas. Ese acelerón al despegar, esos meneos en el aire cuando pillas un banco de nubes o los botes al aterrizar si entra un poco "colao" le congelan la sonrisa al más pintado, porque sabes que si pasa algo gordo a diez mil metros de altura no se salva ni el gato. Pero no hablo de miedos irracionales, sino de los idiotas que razonan como explico más arriba. Y la explicación es sencilla.
Así, de memoria, me salen 153 muertos en accidente de avión en nuestro país en los últimos... ¿diez años? ¿Veinte? Este verano se han quedado en la carretera 450 personas, y lo están celebrando porque hacia cuarenta años que no morían tan "pocos". Y cuando dicen verano quieren decir julio y agosto. Hagan cuentas, si saben, y díganme que es más peligroso subirse a un avión que conducir un coche, si tienen huevos. Yo prefiero desayunar en Santiago y comer en Londres que lidiar con carreteras tercermundistas y conductores subnormales.
5 comentarios:
Hay muchos tópicos en tu escrito, Sr Alex....está claro que expertos en aeronáutica hay a puñados, del mismo modo que existen expertos en otras muchas materias (no veas la de "expertos jurisconsultos" que opinan de las leyes y de la interpretación que de ella hace el Tribunal Supremo).
En lo referente a las estadísticas, sí, es cierto, es más probable morir en un accidente de tráfico que en un avión, pero...¿cómo prefieres morir? sólo en tu coche escuchando a Gigatron, o en una lata con 100 personas, la gran mayoría histéricas que se ponen a gritar en los momentos finales, con el de al lado, que siempre te toca un gordo al estilo John Candy, el niño repelente de delante, cuyos padres son más merecedores de una paliza que él...o incluso una monja, que en caso de muerte y de que te hagan el juicio para ir al cielo o al infierno te va a complicar la vida, del mismo modo que te complicaba la vida que te examinaran detrás de uno que sabía mucho.
A mi me daría mucho por saco tener a esos compañeros de masacre...si eso con los de primera clase, donde va la gente que es mejor que los demás y seguramente se tomen el desastre con una mejor filosofía (¿dónde has visto un turista que tenga una muerte digna?).
Bueno, Ripshow, piensa en una invitación de Hugh Hefner y tienes que decidir ir en coche con una chica playboy o ir en un avión repleto de chicas playboy. Todas ellas te dirían, vamos a morir, pero antes quiero gozar con un hombre de verdad como eres tú. En coche la chiquita te diría -pero, hombre de Dios, ¿por qué frenas cada vez que el semáforo se pone en ámbar? Acelera, hombre, que yo no me acuesto con los que no son osados.
Hilamos fino, Sr. Contumaz! ¿En ambos casos, tanto el coche, como el avión, se estrellan? ninguna de las dos, ¿de qué me iba a servir si luego no podría presumir delante de mis amigos? iría en bicicleta para llevar las herencias y las demandas contra los responsables de los accidentes. Además, tengo tan mala práctica en morir como con estar con tías playboys (no así con sus representaciones gráficas y los brindis que a Onán brindé en mi juventud).
¿Sólo dedicaste brindis a Onán en tu juventud? ¿Debo entender que ya no chiscas y sigues por la tele con atención los anuncios de Pelé? Que no me entere que un hombre mientras siga siendo hombre abandona a Onán alguna vez en su vida.
Entrañable discusión sobre trabajos manuales. Suple con creces la ausencia de inspiración del autor del blog. Continúen señores.
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