La victoria más amarga

Se presentaba el derbi en plan festivo, había ganas de demostrar a los que todavía no se daban por enterados cuál es el mejor equipo de la provincia de León, pero la noche antes la Muerte se llevó a Aitana, la hija de Fran, nuestro "siete". Sin ellos no era lo mismo y el resultado importaba menos. Qué más daba un partido de fútbol cuando se había ido una niña de nueve meses.

Aún así, y a petición expresa de Fran, la Deportiva jugó y barrió a la Cultural, dedicando hasta cuatro goles (nunca le habíamos metido tantos al eterno rival) al "siete" y los suyos. La rueda de prensa tras el partido fue de las más cortas que he visto. A nadie le salían las palabras pensando en su compañero.

Y después, cuando nos íbamos con la sensación de haber dedicado el mejor homenaje posible al jugador más querido por la grada, llegaron los de siempre. Los que sobran no sólo en los campos de fútbol sino en el mundo. Ésos que tienen el cerebro tan podrido que son incapaces de comprender lo que significaba el partido de ayer y terminaron la jornada apuñalando por la espalda no sólo a un aficionado de su mismo equipo y de su misma ciudad, sino a toda una afición que no podía celebrar la victoria en el derbi porque estaba pensando en Aitana.