Vuelve la lluvia y con ella la extraña paradoja de cada otoño: los paraguas secos bajo el aguacero. Empecemos por el principio. El paraguas es invento muy útil en días lluviosos porque lo abres, lo sujetas por encima de la cabeza y para el agua (¡coño, qué coincidencia!) . En ello va implícito que el paraguas se moja, pero eso está estudiado y los hacen con materiales impermeables que posibilitan su rápido secado. Es algo que saben hasta los niños.
El problema es que los adultos también usan paraguas y en manos de algunos el invento útil se convierte en algo que parece especialmente diseñado para putear al resto de peatones. No me explico por qué ese empeño de algunos en que lo se les moje el paraguas, si no va a encoger y con sacudirlo un poco ya se seca, pero lo que realmente no entiendo es que todos sean tan maleducados como para no ceder el paso a los que vamos a pelo -nunca mejor dicho- bajo la lluvia. El asunto se redondea con los que ni siquiera levantan el artefacto para que las varillas no pasen rozando los ojos.
Por suerte, siempre nos quedará nuestra pequeña venganza en forma de sutil toque con el hombro en el paraguas, que otra cosa no, pero inestable es un rato. Tiene gracia, a algunos hasta les sienta mal.
3 comentarios:
Otra venganza es cuando llueve y hace viento, que los ves pelear con su paraguas vuelto del revés y no les queda más remedio que calarse y cargar con el paraguas.
MUAHAHAHAHA.
Otras personas relacionadas con el mundo de los paraguas son las "robaparaguas", conocidas mundialmente por robar paraguas en los establecimientos públicos los días de más lluvia y de más temporal, sobre todo cuando tu madre te amenaza de muerte con no perder SU paraguas. Por otro lado, también relacionados con el mundo de los paraguas, están las "dejoelparaguasenelparagueroporquemesaledel...", mundialmente conocidas por ser más chulas y más listas que nadie, dejan el paraguas en los paragueros de los establecimientos públicos a riesgos de que puedan ser hurtados y sabiendo que si no vuelve a casa con él se juega la herencia.
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