Cuando me compré el coche mis amigos no tardaron en advertirme contra Murphy y sus leyes, concretamente esa que dice que cada vez que laves tu coche lloverá. Sin embargo, por ahora parece que Murphy se está divirtiendo conmigo y en vez de aplicar su ley ha creado una nueva para mí:
Cada vez que tengas intención de lavar tu coche, lloverá y perderás toda intención de lavarlo.
E incluso tiene corolario:
La intensidad de la lluvia será directamente proporcional a la suciedad acumulada en el vehículo.
No sé si sentirme orgulloso de tener mi propia ley o plantar patatas en el techo del coche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario