23.5.06

Curas idiotas y yankis sin acento

Una vez vista El código da Vinci podemos sacar básicamente dos conclusiones al respecto:
  1. Por si quedaba alguna duda, los que manejan el cotarro en la Iglesia Católica son idiotas. Sólo a alguien con el cerebro seriamente dañado se le podría ocurrir que antes de una película haya que aclarar que se trata de una ficción. Creí que ya habían pasado los tiempos en los que la gente salía corriendo asustada de las salas de proyección pensando que la locomotora que se veía en la pantalla era real, pero no.
  2. Cualquier personaje no americano de una película doblada tendrá el acento correspondiente al cliché establecido para su país, sin embargo los yankis hablan español igual que en Burgos.
Por lo demás, la película es un calco del libro, confirmando así que más que una novela era un guión de cine resultón (y más si es el propio Vaticano el encargado de promocionarlo).

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