Un rally se podría definir como un conjunto de coches "tuneados" con criterio -no como los gañanes que le ponen a un Ibiza un alerón que pesa más que el coche-, un adictivo olor a gasolina, un par de accidentes espectaculares y un montón de gente en las cunetas.
Pero tratándose del Bierzo, uno siempre puede mirar hacia el otro lado y encontrarse esto:
Las fotos están hechas en Villasinde -junto a Vega de Valcarce- la semana pasada, aprovechando un rato de tranquilidad mientras cubríamos el XIII Rally del Bierzo. Es un tanto paradójico que uno vaya a ver una carrera de coches y de repente se encuentre en medio de la naturaleza y en la más absoluta tranquilidad. Mola.
También es una buena forma de conocer el entorno, mi asignatura pendiente más bochornosa.
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