Drachten es una ciudad de 40.000 habitantes en la provincia holandesa de Frisia que se hizo rica en los siglos XVI y XVII con explotaciones de turba. Cuando ésta se acabó, la economía de la zona se vio reducida a unas pocas granjas hasta que llegó la Philips(*) a mediados del siglo pasado y la ciudad volvió a crecer hasta lo que es hoy.
Lo cierto es que la historia no es como para llamar la atención, hasta que se puso en marcha una idea del ingeniero holandés Hans Mondermann: retirar todas las señales de tráfico y los semáforos de la ciudad. Tras la sorpresa inicial de la gente, que no sabía muy bien cómo actuar, en dos semanas la velocidad media de los coches no superaba los 30 kilómetros por hora porque todos extremaban las precauciones, atentos a los cruces y a los peatones (tampoco hay pasos de cebra).
Cosas así hacen que uno piense que la humanidad aún tiene remedio, aunque justo después viene el recuento habitual de cada puente y me deja descolocado, porque tampoco creo que la experiencia de Drachten sea aplicable a escala global. ¿O sí?
Si tratas a una persona como a un idiota, se comportará conforme al reglamento, y nada más. Pero si le das responsabilidad, sabrá usarla.
Hans Mondermann
(*) El enlace lleva a la página del PSV Eindhoven porque desde pequeño he asociado la marca a ese equipo a base de verlo jugar contra el Madrid en la Copa de Europa y era una buena oportunidad de decirlo.
2 comentarios:
Buenas y santas,
yo también encuentro excepcional este proyecto.
Sin embargo pongo en duda que algo asï sea posible en España. Cuando se viaja a un pais del norte de europa lo primero que te suele llamar la atencion es el respeto del codigo de circulacion. Coches que se paran en los semaforos en naranja, que salen solo cuando se pone en verde. Peatones que cruzan la calle por el paso de cebra y solo cuando ven el hombrecito verde, ... y así un largo etcetera.
Por lo tanto no resulta sorprendente que ante la falta de señalización utilicen la precaución como codigo de circulacion. Lejos esta este comportamiento de los habitos en "La Piel de Toro".
Ha mucho que trabajar todavia.
Un saludo.
Ya, por eso digo que no me parece una experiencia aplicable a mayor escala. Aquí ni siquiera somos capaces de ceder el paso en un atasco por miedo a que el de al lado llegue medio minuto antes que nosotros...
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