14.2.06

Tanto nadar para morir en la orilla

Nunca creí que el Madrid pudiera remontar el 6-1 que le metió el Zaragoza en La Romareda, y me pareció tan desproporcionada como admirable la capacidad para darle la vuelta a semejante goleada en contra por parte del club blanco y convertirla en un ejercicio de fe colectiva.

Pero me equivoqué y me alegro, porque hacía tiempo que no vivía con tanta emoción un partido de fútbol. Al final, el resultado es lo de menos si uno ha disfrutado del espectáculo (eso sí, jode igual).

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